Haciendo honor a su particular nombre, el Club Mejunje se alza en el centro de Santa Clara con una propuesta que mixtura múltiples manifestaciones culturales y que abarca a diferentes públicos. Música variopinta que incluye expresiones típicamente cubanas como la salsa y el son, en una agenda que también incluye shows de rock and roll y acordes internacionales. También teatro, proyección de películas, tertulias literarias, noches de baile, programaciones matinales para el público infantil, y noches sabatinas especialmente diagramadas para la comunidad LGBT. Como vemos, se trata de un sitio que encaja al dedillo con la naturaleza de un centro cultural, y que es un verdadero “mejunje”.
Al visitante lo recibe una fachada intervenida con graffitis y dibujos, en un edificio que comenzó su andada como centro cultural a comienzos de los noventas. Ramón Silverio, hoy célebre promotor cultural en Santa Clara, recibió un establecimiento en ruinas en 1991 y lo ha convertido en un epicentro del arte y las expresiones en la ciudad, capital de la provincia de Villa Clara. En una entrevista, Silverio dijo que el nombre El Mejunje surgió en una segunda etapa. “Yo repartía siempre alrededor de la medianoche una infusión que cargaba en un cubo y hacía con varias hierbas medicinales (…) Quizá por todo esto una de esas noches (…) apareció con un cartel que decía “El Mejunje de Silverio” y todos comenzaron a llamarlo así desde entonces”.
El creador de este emblema cultural en Cuba reconoce que si bien la propuesta del centro cultural se ha diversificado en estas décadas de recorrido, siguen manteniendo el objetivo de promover el arte joven. En tanto, este edificio que suelta amarras en la calle Marta Abreu, en Santa Clara, es mucho más que una simple construcción. Es para los lugareños un válido espacio de diversidad y es para todo aquel que ponga pie en aquella ciudad cubana un paso obligado para conocer desde adentro la cultura de la región. Aunque no para hacerlo con un mero espectador pasivo, pues el Club Mejunje invita siempre a participar. Una buena noticia para los bolsillos, la entrada es de veras económica así como las bebidas que se ofrecen dentro del establecimiento, esto en relación a otros sitios de la ciudad.
Como se ha dicho, la agenda es en verdad variada: boleros y música de vitrola los lunes; martes con rock y música cubana moderna; miércoles de música mexicana; timba, salsa y trova los jueves; noches de rap los viernes y son para bailar; disco gay los sábados de noche, incluyendo programación de bailes afrocubanos y peñas; y día de niños los domingos, con juegos, payasos y baile. Un mejunje en su máxima potencia.