Un palacio de comienzos del siglo XX, que a pesar de ser suntuoso no oculta el paso del tiempo en algunas secciones del edificio, es el atractivo escenario de La Guarida, un restaurante lujoso en La Habana, una de las mejores opciones en la capital para degustar platos sofisticados, y un verdadero ícono de la gastronomía en Cuba.
Inaugurado a mediados del año 1996, éste es una de las Paladares, el nombre que en la isla reciben los restaurantes privados. Tal es su fama, que por sus mesas han pasado figuras del espectáculo como Steven Spielberg y Jack Nickolson, del deporte, la política e incluso la realeza, pues en La Guarida han sido comensales algunos monarcas del viejo continente, como la Reina Sofía.
Un dato de color: en el edificio que acoge a este restaurante se filmó la película Fresa y Chocolate allá por el año 1994, un clásico del cine cubano que fue nominado a los Premios Óscar como “Mejor Película Extranjera”. Los dueños de esta casa cuentan que gracias a la fama que cosechó este filme a nivel mundial, muchos turistas llegaban hasta el 418 de la calle Concordia para conocer el edificio. Esta gran afluencia motivó a inaugurar el restaurante y mostrar una parte de la historia cultural de Cuba.
El diseño del restaurante es sencillo aunque cautivante. Los platos son sofisticados, dignos de un restaurante de alta cocina, aunque los precios no son extremadamente elevados para el turismo. Un consejo importante es reservar mesa con antelación, ya que el restaurante no dispone de mucho espacio. No hay dudas que La Guarida es un paso obligado para aquellos que llegan a la capital de Cuba en busca de tradición, historia, y sobre todo buena comida.
Un tip final: al llegar a La Guarida no hay que caer en el desencanto, pues en la planta inferior todo aparece derruido ante los ojos. Sin embargo, al subir la palaciega escalinata se alcanzan las plantas superiores, donde se alza el bonito restaurante y una hermosa terraza en el cuarto piso. La carta no se agota en la amplia variedad de comidas, sino que también, fiel a la tradición del paladar cubano, allí también se ofrecen múltiples bebidas y cócteles. No hay dudas que La Guarida tiene un encanto especial.