Leyendas del arte y la música como Joséphine Baker, Norma Duval, Libertad Lamarque, Celia Cruz, Amalia Aguilar y el mismísimo Frank Sinatra, por mencionar sólo algunos, son parte de la rica historia de Tropicana, el más célebre entre los cabarés de Cuba, ubicado en la zona de Marianao, en La Habana. Decimos el más célebre de Cuba y, acaso, éste sea el más famoso del mundo en su categoría.
El cabaré abrió sus puertas el 31 de diciembre del año 1939 con su particular modalidad “bajo las estrellas”, y desde entonces ha sido epicentro de la música y la tradición cubana, y una de las opciones más elegidas por los lugareños y los turistas que llegan a La Habana sedientos de conocer los encantos nocturnos de la isla. Allí se pueden experimentar en primera persona el cha cha chá, el son cubano y la salsa en sus máximas expresiones. Pero también hubo y hay allí otros géneros del arte y la música, como el bolero, el ballet, y expresiones circenses, entre otros.
Mencionamos su particular modalidad, en referencia a que se trata de un cabaré a cielo abierto rodeado de frondosa vegetación tropical. Además de la calidad de la música, y de las bellezas que por allí pasan, aquella condición ha convertido a este night club en un espacio mítico y una visita obligada para aquel que llega a la capital de Cuba. No es casualidad que a Tropicana le llamen el “paraíso bajo las estrellas”. ¿Cómo no visitarlo?
Nacido con una capacidad para 300 personas, en la actualidad la cifra ha crecido en forma exponencial hasta las 1000 sillas. A la entrada, los visitantes son recibidos por la blanca figura de una bailarina clásica, una escultura que la artista Rita Longa creó en 1950 y que hoy es un verdadero símbolo de Tropicana. El cabaré ha crecido además en espacios como Los Jardines, el restaurante La Fuente y otras cafeterías aledañas. Tal como dijo Prensa Latina en ocasión del 75 aniversario de Tropicana, aquel es un sitio que goza de “una especie de bandera de inmortalidad, nexo con lo mejor de la cubanía y estandarte del turismo insular”.